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viernes, 3 de diciembre de 2010

CARTA DE MI YO OPTIMISTA A UNA MUJER LLORANDO AFUERA DE CATEDRAL.

Me dirás, desde luego, que no es mi asunto, que me mantenga lo más alejado posible de ti, que de momento estás harta de mi género, que de sólo pensar en nosotros te sientes triste y no te dan ganas más que de llorar.
Pero no mandas en mis sentimientos ni mucho menos en mi deseo de escribir esta carta, dirigida a ti, que sé que nunca la leerás, pero es mi forma de agradecerte por recordarme lo maravilloso que es el amor.
¿Maravilloso?, ¿no ves que estoy llorando?, ¿que estoy destrozada? No me vengas, por favor, con esas tonterías cursis. Me dirías, y yo acepto con toda justicia tu observación.
Ahora estás en ese punto, no te pido que lo disfrutes, no me atrevo a ser tan irónico (y me encanta ser irónico), pero vívelo, recuerda que el dolor que ahora sientes es exclusivamente tuyo, es la parte de ti que no se llevará con él, es lo que te dejo, vívelo, tan sólo hazme ese favor.
¿Qué pensarías si te digo que todo estará bien?, no digo que lo que no te mata te hace más fuerte, saliendo de un paro cardíaco nadie es más fuerte, pero aprovecha esta oportunidad para cambiar.
Llámalo hijo de la chingada, vele todos los defectos, dí que todos somos culeros, y sigue adelante (si puedes).
Ahora  sigues cuestionándome sobre lo anterior, eso de que el amor es maravilloso, me pides que lo retire, pero no puedo, simplemente no puedo.
¿Recuerdas (esfuérzate) los ojos fijos en los tuyos, esa primera vez que arrojaron sus ropas al piso y no supieron de sí mismos y balbucearon en un lenguaje que va más allá de las palabras?
No sé si pasó, pero me gustaría pensar que antes del llanto hubo risas, hubo sonrisas, y que más de una vez perdieron el día entero en la cama y tuviste orgasmos que incluso en tu llanto te asustan (aprovecha, si quieres, este momento para vengarte, hablando nefarias cosas de su persona, pero recuerda que él puede hacer lo mismo).
El amor es maravilloso porque es un puente (uno de tantos), que el universo colocó en la tierra, un puente que conecta con el cielo y el infierno, abrázalo. Llora, repito, y que él llore si quiere. No te voy a dar la respuesta simplona de que él no te merecía, a lo mejor tú no te lo merecías a él, pero recuerda, esto sí te lo puedo decir: de todos los seres de la tierra sólo nosotros conocemos de emociones.
El amor te hace llorar, ¡llora por amor!, ¿habías llorado así por alguna otra cosa? Sentir es vivir, ¡vive!, aprovecha que puedes y si quieres, recuerda que yo deseo que te recuperes y encuentres de nuevo el amor.

viernes, 26 de noviembre de 2010

LA HISTORIA DEL HOMBRE SIN ENCANTO (FINAL)

6:30 de la mañana, hora perfecta para salir al trabajo. Miro a mi alrededor, todo perfecto, con excepción de un ligero desorden. No hay problema, de seguro mi amada novia lo limpia, es tan atenta, y hoy particularmente se ve  hermosa, la abstinencia le da ese maravilloso rubor. Apenas se despierta, se prenda de mi cuello como nunca lo había hecho en su vida. "Qué maravilloso fue ayer", me dice, sin duda que la llevé al cine y después fuimos a misa.
Me besa constantemente la mejilla, pero le digo que tengo que volver a trabajar. Me visto, usando un traje negro, de sastre; le doy mis oraciones a Dios, para que me permita embargar una o dos propiedades. Tomo el carro y me dirijo al trabajo, llegando pronto, pues afortunadamente no hay mucho tráfico. Cuando bajo, ahí está ese horrible hombre, le digo que se consiga un trabajo, pero él tan sólo me agradece por mi gentileza de ayer, de seguro le propiné un valioso consejo sobre ser útil a la sociedad, mas  noto esa mirada en sus ojos, muy parecida a la que mi amada novia me ofreció, una mirada expectante. ¿Qué pasó ayer?
Cuando llego al trabajo, la música está insoportablemente alta, y para variar es su ruidoso rock, esa espantosa composición de Satán ; les digo que le bajen pero ellos me prepararon una sorpresa, todos juntaron para regalarme un saco hermosísimo, por mi generosidad. No lo niego, me conmuevo hasta las lágrimas. Ellos me dicen que ya llamaron a mi novia y que nos invitan a cenar, todo por lo de ayer.
¿Qué pasó ayer?, todos tienen la misma mirada, como si me amaran, como si yo tuviera un encanto único (aunque una impertinente voz dentro de mí dice: "como si por lo menos lo tuvieras").
 En la cena todos nos divertimos, y siento una presión en el pecho, y sonrío sin tener tiempo de objetar: Un gozo enorme me llega ¿Es que soy ahora verdaderamente feliz, es que por fin todos me quieren?
Cuando volvemos a la casa ella me dice que ama la persona que soy ahora, que todos me amaban como nunca por lo de ayer.
Yo no sé qué pasó ayer, pero ayer es el mejor día del resto de mi vida.

                                                                    Fin

 

domingo, 14 de noviembre de 2010

LA HISTORIA DEL HOMBRE SIN ENCANTO (PARTE 6)

Ya voy, con un pinchi trajecito sastre remamón, de lana, y unos calzones que el rependejo usa dizque para que se le paren las nalgas (aunque él no es superficial), y están tan cortitos, que ya se me botó un huevo, y, como el pantalón es de lana, ahí ando rascándome  a cada rato; ni puedo conducir así, pero bueno, que al cabo no falta mucho, así que, cuando ecuentre un estacionamiento, dejo el carro y me subo al camión. Pero cuando me subo, este cuerpo sufre de horribles nauseas, pero me las aguanto. Me bajo y un hombre ya me espera con una cara sonriente y un sombrero para las limosnas, pero cuando me ve, hace una mueca de desagrado y me dice "por todos los cielos, no me vuelva a dar una plática sobre el trabajo y mi ausencia de uno, o de lo importante que es ser útil a una sociedad que me quitó mucho dándome nada". Yo sólo lo miro y le doy una moneda que está en mi bolsa, y le respondo "que te aproveche, amigo", le doy una palmada en la espalda y, mientras me voy, él me dice, "Dios te lo pague, amigo, porque yo no tengo con qué", aunque me pregunto si lo dijo por la moneda o por la falta de sermón.
Llego a una fina oficina, todos visten de traje y liberan un suspiro, muestra firme de su molestia, así que bajan el volumen de la música y el ambiente se apaga, pero yo prendo el estéreo, abro una bolsa de papitas y digo: "cabrones, ya es una chinga trabajar, no nos chinguemos los unos a los otros con caras largas y aburrimiento, yo sé que así vamos a chambear mejor". Todos me vieron con extrañeza y finalmente nos pusimos a platicar un rato; rieron como nunca en sus vidas y yo me sentí feliz. En la hora del almuerzo yo invité la comida y posteriormente fueron al lugar que este cabrón jamás les hubiera dejado entrar sin una buena charla.
Después me dicen que tengo que ir a hacer un desalojo, y voy con pesar. Me dicen que esta gente no pagó el último cobro, pero ellos aseguran que sí, y yo veo en sus ojos que dicen la verdad, así que entro a la casa y busco el recibo como loco, lo encuentro, pero no en la casa, sino en el portafolios de uno de los hombres del banco, pues ellos querían la casa porque ese terreno les convenía. Me agradecen todos menos los banqueros, a quienes amenazo con mandar la información que tenía sobre ellos si no dejaban en paz a esa familia, ellos huyen despavoridos, como si este pendejo de veras les tuviera muchos secretos. Los compañeros de trabajo me ven y aplauden.
Llego a la casa y la encuentro, a la novia. Le recito hermosos poemas y finalmente cogemos como locos, ella sonríe y me pide más poemas, yo se los doy y quedamos abrazados hasta el amanecer, ella nunca despega su mejilla de mí, y una luz me dice que ya por fin puedo ir al paraíso, y acepto ir, dejando solo al hombre sin encanto.  

martes, 9 de noviembre de 2010

...Y SE MURIÓ DE ABURRIMIENTO

Era peculiar (y vaya, que eso viniendo de él era cosa rara)  que Jesús Urreta husmeara en los sueños de los demás, no porque no pudiera, sino porque le parecía de un terrible gusto andarse metiendo en las cabezas para averiguar asuntos que en lo más mínimo le importaban. A veces, sin embargo, el aburrimiento llegaba, y ni sus numerosos libros o sus costosos videojuegos lograban captar la atención. Lo que pasa es que finalmente no sería el único en leer ese libro o jugar el mismo juego que estaba jugando. Sin embargo, cuando un famoso escritor de novela fue a dar una conferencia sobre su nuevo libro a su universidad, y lo hacía entrando al auditorio, con esas mesitas de madera pintadas en un arrogante azul que, con excepción de estos días, lloraban su soledad, se internaba pues en el sitio y con una camisa de tela corriente, en la que reconocía el emblema de la saga Star Wars, y se acercaba a saludar a cuantos presentes le daban la bienvenida. Muchos, a decir verdad, nada más iban por que se les presentaba la oportunidad de faltar a clases, y esas oportunidades se abrazan como un novio celoso abraza a su pareja: con fuerza asfixiante.
Para Jesús, sin embargo, era un buen momento para ver si la hechicería, que hizo una mañana por mero hobby mientras su novia se arreglaba el cabello, funcionaba.
Dirigió su mirada hacia el hombre de los ojos profundos y risa quieta, puso sus dedos sobre sus propias sienes (¿no es algo que se hace siempre que se quiere entrar en la mente de alguien?) y esperó a que algo pasara mientras los demás lo veían como si fuera loco. Se enfadó de tener las manos levantadas, pero, cuando finalmente las bajó, lo vio, a un hombre cabalgando mientras disparaba plomo hacia atrás, donde unos bandidos arrastraban por el piso a un joven inocente que lloraba amargas oraciones, de ésas que se hacen cuando se quiere alcanzar el perdón, pues la salvación se ve inalcanzable. El vaquero, adornado por una gabardina de cuero, tan sucia y descocida que jamás se creería que lleva apenas dos meses con ella, dispara en forma tan certera que de un solo disparo mata a un villano y libera al inocente, después, con una pirueta que raya en lo inverosímil, mata a los demás, quedando a solas con el hombre a quien besa cariñosamente en los labios.
Le pareció un sueño enteramente divertido, pero jamás volvería a meterse en una mente ajena.
Esa promesa duró hasta el día en que se encontró con el compositor y líder de una de sus bandas favoritas, y en él percibió melodías e imágenes tan raras como una guitarra tocada por un pegaso de manos humanas.
Lo  hizo con un cineasta para ver escenas de su próxima película (espérela).
Pero tal vez sea la primera ocasión en que sus botezos como de animal le hagan notar lo aburrido que está, y por eso, por aburrimiento, está listo para ver nuevamente qué es lo que se encuentra en las mentes ajenas.
Se suponía que debía encontrar a sus amigos en una cafetería, pero, como primero debió ir al centro comercial a hacer un pago, llegó mucho más temprano de lo que debería, tanto así que ya llevaba una hora ahí y aún faltaba una más para que ellos llegaran.
Le pareció bien, entonces, hurgar en los sueños de la dama de a lado, pero en ella simplemente observó la aburrida relación con sus padres y la que tenía con su novio; a futuro, imaginaba estar casada con él, tener un buen trabajo, familia e hijos. Después vio al señor que cobraba, y en él, vio una imagen con su hijo, jugaban fútbol, él crecía, terminaba la carrera, se casaba, tenía buen trabajo, una casa y un hijo.
Pensó que ya estaba bueno de adultos, y dirigió su atención a un niño, quien soñaba que era escogido por un importante equipo de fútbol, conocía a una mujer con la que se casaba, y debido a que ya tenía un trabajo bien pagado, compraba una mansión y tenía un hijo. Fue entonces con una joven dark, quien imaginaba que todos quienes le han hecho daño morían de forma cruel, y le llenó de alegría ver que ella no soñaba lo mismo que los demás, pero vio todo eso como una etapa, al final..., adivinaron: trabajó, casa, casarse, hijos.
Salió corriendo del café, esperando a alguien con sueños diferentes, pero sólo encontró versiones del mismo sueño, por donde quiera que buscara, pues tenía fe en la gente, pero  su fe se fue al caño.
Una hora después, encontrándose en el lugar citado los amigos de Jesús, y sin avistamiento de él, se acercaron unos  paramédicos preguntando por los camaradas de Jesús Urreta (pues él, cuando aún hablaba, les dijo que ahí los encontrarían), ellos contestaron que lo eran, que lo conocían desde hace años. Los servidores públicos dieron la noticia de la desafortunada muerte de Jesús, y cuando uno de ellos preguntó, con lágrimas honestas y diáfanas, cuál era la causa de la muerte, los paramédicos contestaron.
-No sabemos cómo, pero su amigo murió de aburrimiento.

domingo, 24 de octubre de 2010

LA HISTORIA DEL HOMBRE SIN ENCANTO. (PARTE 5.)

Un frío aterrador se escurría como roedor pervertido por entre mis venas y más allá, crispando mis nervios, pues un vacío profundo estaba presente ante mí, un vacío enorme, abarcando incluso lo que mi vista no se atrevía a ver, la profunda oscuridad de lo escaso. Y es que me lo debía de esperar; estaba en su cerebro. Caminé por el equivalente de unos tres kilómetros, cansándome, claro está.Pero por fortuna, este cabroncito tenía instaladas líneas de comfort al través de todo su encéfalo, pues de hecho, eso es lo que más tenía en su mente, pero jamás se permitió convertirlo en algo más que trazos, elementos existentes que han tratado de ser bloqueados pero, por la propia fuerza que ejercen sobre el sujeto, jamás pueden desaparecer. Se traduce tan simple como leer diálogos entre líneas (de ahí la forma), algo que no se quiere decir y sin embargo queda presente, evidente de hecho. ¿Cuál es la razón de que esto quede como líneas? Sencillo, la mayor parte de la mente de este sujeto está ocupada por dos partes que se encuentran en sempiterno conflicto: estatus y moral.
La lucha se originó hace mucho tiempo si no me equivoco, desde su simple niñez, desde antes de que lo conociera, de hecho. ¿Cómo lo sé? Un fulano de aquí me acaba de regalar un folleto con la historia de este tipo.
Al parecer su padre siempre hizo lo posible para darle a su familia todo lo que quisieran, y su madre iba a la iglesia y se daba golpes de pecho cada que un pensamiento impuro llegaba a su cabeza (aunque eso nunca la detuvo a la hora de pedirle cosas a su marido). La mujer fue terriblemente demandante y el padre extremadamente consentidor, de modo que comenzó a hacer fraude para cumplirle todos los caprichos. Cuando su hijo se dio cuenta de lo que hacía, él dijo que haría todo para que su familia viviera feliz y tranquila, y su madre, que le implantó la nobleza de la castidad, le dijo que lo que su padre hacía no estaba bien, pero deberían de estar con él porque lo amaban (esto lo decía mientras se probaba un anillo de diamantes). Entonces se confundió para siempre.
He llegado al centro de mando de encanto. Mi terrible misión comienza, empezando por su trabajo.

lunes, 4 de octubre de 2010

LA HISTORIA DEL HOMBRE SIN ENCANTO (PARTE 4)

Nos  vemos a los ojos por mucho rato, apenas y nos podemos dirigir palabra alguna, pero él se va rápidamente para chequearse la vista, pues ignora que lo que ven sus ojos es completamente real. No puede creer en fantasmas porque éstos no son  útiles, de modo que mi existencia fantasmal no está justificada de ningún modo, pero ahí estoy. Toma su teléfono y del otro lado del auricular está su psicólogo, quien le recuerda que no es normal ver esas cosas, y si las ve, es porque ha dejado de ser una persona normal, con lo que se aleja del ideal que ha hecho de sí mismo.
Me mira y actúa como si yo no estuviera ahí, pero, por primera vez en su vida, su novia le dice que ella me está viendo, con lo que todas las dudas se disipan.
-Así que todo el afecto que me tienes te ha retenido aquí, pues no me sorprende, soy un hombre admirable digno de ser amado -dijo él.
-No mames, cabrón- le respondí-, a ti ni tus amigos te quieren, nomás te tratan bien porque tienes dinero, pero ellos hablan a tus espaldas como tú hablas a las suyas.
-¡A poco son tan gachos!.. Digo, entonces deben decir cosas amigables de mí, expresándose con palabras afables y amorosas, con la dicción y léxico que representa a un caballero -comenta con voz y pose ensayadas-. Seguro que vienes por un consejo entonces, pues bien, pregunta; siempre he estado dispuesto a corregir todas tus dudas.
-Pues yo nunca he querido expresártelas.
-Entonces no entiendo, ¿por qué estás aquí?
Una luz pasa a través de su novia y una voz varonil sale de sus labios.
-Si por una razón has sido retenido es porque este hombre sin encanto ha pedido al cielo un deseo, y es el de por fin tener carisma.
"Tratamos de colocárselo en el cerebro pero nunca lo encontramos, al parecer este ser se mueve únicamente por la inercia de la vida, misma que se adquiere tan sólo por nacer.
"Ahora sólo tiene un cuerpo, todo él se puede traducir así de fácil, por ende, para darle encanto, pensamos que alguien podría poseer su cuerpo para que en la memoria de sus amigos y amores, por lo menos, quede el recuerdo del embeleso. Pudo ser cualquiera, pero su inconsciente te eligió, ahora voy a hacer el proceso.
Y así empezó mi difícil tarea por darle encanto a quien no lo tenía.

lunes, 20 de septiembre de 2010

LA HISTORIA DEL HOMBRE SIN ENCANTO (PARTE 3)

Me quedo en su casa, no parece que haya algún modo de salir de aquí de todos modos.
Permanezco en silencio, la mujer se masturba como si un fuego poderoso se posara en su clítoris y el batir audaz de su mano sosegara tal ardor. Voy a darle el gusto que aquel pendejo no le dio, pero desgraciadamente no soy sólido, no puedo cogérmela, así que solamente observó, absorto ante la devoción de una mujer caliente con su apetito sexual. Termina, como siempre en estos casos, en los dos sentidos de la palabra. Da un salto monstruoso al percatarse de mi presencia, apenas puede respirar, y a la humedad que acababa de recibir se une una segunda, me ve y me reconoce y, por raro que parezca, establece una conversación conmigo.
"Eres tú, ¿qué haces aquí?", pregunta, con esa cara de pendeja que se encuentra debajo de todo el maquillaje. Le explico que el tarado de su novio me está reteniendo por razones que se me escapan. Ella anuncia que tal vez mi afecto hacía él me retenga allí, pero yo al pendejo ya no le tenía ningún aprecio. Entonces dedujo que tal vez quería, yo a él, pedirle un último consejo.
Ay mija, pobrecita, estás bien pendeja, no cabe duda que son el uno para el otro, siempre lo han tenido en alta estima porque el idiota es un perico de voces cotidianas. Si quiero sus respuestas más sabias, basta con abrir un libro de Marx y tal vez uno de Smith, que son los únicos que se sabe porque hablan de la cosa que más ama en el mundo: dinero. Claro que a Marx lo lee misteriosamente incompleto.
Ella me dice que me equivoco, que es un hombre maravilloso que sólo piensa en su familia y amigos. Yo le digo que nada hay de admirable en amar a quien nos ama y mucho hay de despreciable en lastimar a quien ignora nuestra existencia. Ella, pendeja claro está, me dice que su amor nunca ha hecho daño a nadie, argumenta que si le quita sus casas a los pobres es sólo por su trabajo, y yo le digo que entonces sobra que le encante su trabajo, y vaya que le fascina.
Ella dice que no puede verlo de otra forma más que con amor, pues lo que ha querido le ha sido concedido y yo doy el golpe maestro diciendo que todo exceptuando el pito.
Así, quedamos horas en silencio, ella sólo preparándole la comida y yo tomando la única sabiduría que de él podría tomar, la de los libros, en eso llega él y finalmente me ve, un tanto inquietado, un tanto asustado.

domingo, 22 de agosto de 2010

I WILL NEVER TAKE A CHANCE OF LOSING LOVE TO FIND ROMANCE.

A Man and a Woman, una de las tantas canciones geniales de U2 (que no se cuentan ni juntando los dedos de unos 6 amigos), vale mucho la pena escucharla, pero verdaderamente mi reflexión está enfocada a la frase que da título a este escrito.
Uno tiene una idea del amor, por dios, la hemos visto innumerablemente en el cine, la literatura, bueno, en el arte en general, y nos han enseñado una forma de amor que verdaderamente es romance, no amor, lo que está bien si no se tiene miedo a encontrar un amor desligado del romance, pero el verdadero peligro no es ése, el problema viene cuando vemos al amor como una moneda y no como un caleidoscopio. El amor, esa sensación tan sólo comparable con la pasión, ha sido monopolizada por unos cuantos, pero esos cuantos ni siquiera sienten amor, sólo sienten romance y necesidad por él, no ven que las emociones son como los colores y que amor y rabia pueden juntarse y crear una acción; sin embargo sigue siendo el amor el componente de algunas agresiones. No justifico las agresiones, pero tampoco justifico a los muchísimos que nos quitaron las otras caras del amor, porque resulta que el amor sólo se combina con el romance. Malditos. ¿Qué tal si yo quiero combinar mi amor con tristeza?, pero resulta que el amor no existe en la tristeza. Claro, qué conveniente. Luche día a día por su amor, que lo hará feliz, sólo se puede tener en un estado que a su vez le permita desempeñarse en sociedad y le den ganas de tener un hijo al que pueda presumir en la iglesia y las fiestas.
El amor está en el aire, dice otra canción, y como el aire, se mete en donde sea en las situaciones más usuales e inusuales.
No, nunca tomaré la oportunidad de perder el amor para encontrar el romance; ¿Tomarán ustedes la oportunidad de perder el romance para recuperar el amor? A ver si pueden.

martes, 17 de agosto de 2010

LA HISTORIA DEL HOMBRE SIN ENCANTO (PARTE 2)

Y ahí va el hijo de la chingada, recatado y cuidadoso, como siempre, que ni uno solo de sus escasos cabellos quede fuera de lugar. Ni se percata de mi presencia. Muy ocupado. La imagen en el espejo (que él ve hermosa, pero si fuera hermoso, ¿por qué sería tan cuidadoso con su apariencia?) ocupa toda su atención.
Hace gárgaras con las aguas más finas de los manantiales más exóticos, como si ésos no fueran también hijos indirectos de nuestros miados, al fin y al cabo todo es uno en el fondo.
Tiene una foto colgada orgullosa sobre su cama, que comparte una mujer a la cual el maquillaje hace lucir hermosa. La foto es de él con toda su familia, dice amarlos, pero nunca estará conectado verdaderamente con el amor, pues éste es muy poco racional como para prestarle atención, y muy aceptado como para ignorarlo.
Abajo de donde moldea a su yo social está un periódico, abierto en la parte de las críticas literarias, arrugado como si la furia de dos manos hubiese caído sobre él.
Aún no me ve, mucho menos sospecha que mi presencia en su casa se debe a él. A un lado de las críticas están los obituarios. En ambos ha de encontrarse con mi cara. Lloró porque se le mandó hacerlo y rió porque supo confundir las emociones que las novelas y mi muerte le provocaban.
Ya se va a trabajar, hoy le quita a una familia su casa y más vale mostrarles el mejor de sus inmisericordes rostros.
Besa a su novia, que ya tenía la mano debajo de los calzones y las tetas descubiertas; él sólo tiene el gusto de cubrirlas. Pendejo, quiere que la cojas, cabrón, ¿no entiendes? Tan pendejo, no es la vieja más sabrosa del mundo pero bien vale un palo.
Ya se va, y yo ni siquiera sé por qué sigo aquí, y chingada madre, he de tener que aguantar a semejante pendejo para averiguarlo.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Romper el cascarón.

Se viene al mundo, no se nace, estas dos son cuestiones muy distintas pero fáciles de separar.
Se viene al mundo como vivíparo, pero lo ajeno nos convierte en tiernas avecillas.
Como seres puros es que nos encontramos, sin inhibiciones y sin otros límites que los físicos, pero lo ajeno no nos deja ser nosotros, por ende nos manda a otro estado prenatal y forma al rededor de cada uno de nosotros un cascarón que nos impide ver más allá de él. Muchos tienen fracciones y, sin embargo, están tan finamente unidos que es difícil quebrarlos.
Es lo exterior a nuestro verdadero ser lo que nos tapa, la sociedad, las palabras, la cultura, la educación, en otras palabras el mundo entero, quien genera una cárcel para el ser verdadero del cual muy rara vez se escapa.
Destruir al mundo es romper el cascarón, como en esa imagen de Hesse, destruir todo eso de ahí, rodeándonos, salir siendo nuestro verdadero ser es nacer, y nacer es quemarse los ojos con las primeras miradas al sol, duele, pero se sabe que al acostumbrarse, la habilidad de volar será ganada.

lunes, 9 de agosto de 2010

LA HISTORIA DEL HOMBRE SIN ENCANTO.

Lo conocí desde que íbamos a la escuela. En ese entonces no era el soberano pendejo que hoy en día disfraza su idiotez con Armani y pretexta sus pinchis pedas con vino de Borgoña.
No voy a decir tampoco que era un niño ilustre; nunca lo fue, pero por lo menos en esas fechas se reiría de tan sólo ver a alguien como él. Veía caricaturas y tenía por tendencia reír de cosas absurdas.
No, este cabrón nunca fue especial, pero por lo menos nunca fue un pinchi mamón, hijo de una pucha sangrante como cualquiera de nosotros que, a su ver, fue limpiado por años pulcros alejado del órgano maravilloso que nos vio asomar la cabeza.
Educado para ser un rey y chingarse como toda la prole: el perfecto hijo de la sociedad; el sueño húmedo de la patria; la escoria infecta de la humanidad.
Voy a ser neto, nunca esperé que terminara así: lo contemplaba como algo mejor: basurero, barrendero, asistente de maestro suplente, algo menos vergonzoso que un hijo de la Virgen María, mancillando a la gente con sus bienes. Un abogado de primer nivel, con todo el dinero del mundo y con todo el miedo  del mundo a la panocha por que deja enfermedades, tal y como una nieve de limón, nada más que la primera se chupa más rico.
No, no eramos amigos..., bueno sí, sí eramos, pero juro por Dios que cuando yo me fui no estaba así, no andaba imitando a los nopales en lo baboso.
Pero ya empiezo pues, que ésta no es la historia de su pasado sino de su ahora.
Me morí hace unos dos meses, y cuando ya me iba derechito al cielo, que me salen con que sí me publican mis dos novelitas, las dos chidas, con un chingo de pitos y conchas pa´entretener a la imaginación y pa´ levantar carpas y humedecer por donde sea (hasta la fecha se me responsabiliza del nacimiento de unos 200 bebés..., pero yo ni los disfruté).
Bueno, resulta que por razón de esto, algún conocido mío no me dejaba ir, imagínense mi sorpresa al descubrir que era él, fue tan desagradable que chillé, y eso que apenas me enteré.